28 de mayo de 2011

50 ANIVERSARIO DE AMNISTIA INTERNACIONAL

50 aniversario de Amnistía Internacional: Llamada Global a la Acción


Amnistía Internacional celebra el 28 de mayo su 50 aniversario con el lanzamiento de una Llamada Global a la Acción –con actos en más de 60 países de todas las regiones del mundo– concebida para inclinar la balanza contra la represión y la injusticia.

El aniversario se celebra ante el telón de fondo de un paisaje cambiante de derechos humanos, mientras la población de Oriente Medio y el Norte de África se enfrenta valerosamente a la opresión, la tiranía y la corrupción, a menudo entre derramamiento de sangre y violencia estatal.

Mientras estas protestas demuestran de forma dramática la necesidad de la solidaridad internacional con los derechos humanos, la nueva Llamada Global a la Acción de Amnistía Internacional incluye un “Planeta de luces” digital, una importante novedad online que permite por primera vez a los activistas obtener una visión general de las acciones mundiales de la organización, y ver de qué manera sus propias acciones se suman a esta fuerza para el cambio.

Este Planeta de luces viene acompañado de una nueva iniciativa –“Sé 1 más, convence a 1 más, actúa 1 vez más”–, que aspira a lograr un enorme impacto colectivo en todo el mundo. En ella se insta a todo el mundo –incluidos los tres millones de miembros y simpatizantes de Amnistía Internacional en más de 150 países y territorios– a animar al menos a otra persona a actuar en favor de los derechos humanos.

En el lanzamiento de la iniciativa global, decenas de países, desde Argentina hasta Nueva Zelanda, pasando por Turquía y Ghana, realizarán un brindis simbólico por la libertad. Este evento global rinde tributo a la historia de dos estudiantes portugueses encarcelados por alzar sus copas por la libertad, una injusticia que indignó tanto al abogado británico Peter Benenson que lo llevó a crear Amnistía Internacional el 28 de mayo de 1961.

“Desde que la vela de Amnistía Internacional arrojó por primera vez luz en las mazmorras del mundo, ha habido una revolución de derechos humanos. El llamamiento a la libertad, la justicia y la dignidad ha abandonado los márgenes y se ha convertido en una demanda realmente global”, ha manifestado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

Sin embargo, pese a los progresos realizados, las violaciones de derechos humanos siguen ocupando un lugar central en los desafíos clave de derechos humanos a los que se enfrenta el mundo hoy día.

Los gobiernos están incumpliendo las promesas formuladas en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y están avivando las violaciones de derechos humanos, o ignorándolas. Casi dos tercios de la humanidad carecen de acceso a la justicia; los abusos provocan la pobreza y la acrecientan; la discriminación contra las mujeres es generalizada; y, tan sólo en el último año, Amnistía Internacional ha documentado tortura y malos tratos en al menos 98 países.

Salil Shetty ha manifestado que el activismo es un poderoso motor de cambio, tal como han demostrado los valerosos manifestantes de la Primavera Árabe.

“Podemos ofrecer algo que las fuerzas de la represión jamás podrán contener ni silenciar: personas unidas en una acción común; la fuerte y poderosa concentración de la opinión pública; el encendido de una vela tras otra, hasta que la luz de millones de velas descubre la injusticia y genera una presión por el cambio”, ha manifestado.

Este año, Amnistía Internacional se centrará en seis áreas en las que el poder de las personas puede lograr unas mejoras reales: libertad de expresión, abolición de la pena de muerte, derechos reproductivos para las mujeres y niñas en Nicaragua, garantías de justicia internacional en la República Democrática del Congo, rendición de cuentas de las empresas en el Delta del Níger, y el fin de la injusticia y la opresión en Oriente Medio y el Norte de África.

Durante medio siglo, Amnistía Internacional –la organización de derechos humanos más grande del mundo– ha sido testigo de abusos y atrocidades, ha ofrecido esperanza a las personas oprimidas y olvidadas, y ha hecho campaña, con determinación y medios innovadores, por la justicia.

La organización ha desempeñado un papel destacado para convertir a los torturadores en proscritos internacionales, para poner fin a la condición de intocables de los dirigentes acusados de delitos de derechos humanos, para crear la Corte Penal Internacional y para ganar un impulso imparable hacia un mundo sin pena de muerte.

En 1977, Amnistía Internacional fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

A lo largo de su historia, Amnistía Internacional ha evolucionado y se ha adaptado para hacer frente a los desafíos que presenta un mundo en rápido cambio. Su labor constante en defensa de los presos de conciencia –de los que decenas de miles han sido excarcelados desde 1961– viene ahora acompañada por la acción para defender el espectro completo de los derechos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

“Hoy día, la gente de todo el mundo expresa cada vez más su anhelo de disfrutar de los derechos tanto políticos como económicos, lo que demuestra que, al contrario de lo que afirman algunos gobiernos, los derechos no se pueden ordenar por importancia ni canjear. Si queremos vivir sin miedo y sin miseria, es preciso que se respeten todos los derechos, ya sean sociales, económicos o políticos”, ha manifestado Salil Shetty.

Sobre todo, persiste el desafío de hacer que los Estados, los responsables últimos de hacer realidad los derechos humanos, rindan cuentas de sus actos. No obstante, las empresas y los grupos armados también deben respetar plenamente los derechos humanos, y rendir cuentas de sus acciones.

“Cincuenta años de lucha contra la tiranía y la injusticia han demostrado que el cambio es posible, y que las personas, unidas en una acción común más allá de fronteras y creencias, pueden lograr cosas extraordinarias. Cada persona puede marcar la diferencia, pero millones de personas unidas y alzándose juntas contra la injusticia pueden cambiar el mundo”, ha manifestado Salil Shetty.


Fuente: amnesty.org

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