Manifestación en solidaridad con Mohamed Hallab frente a ACNUR, El Aaiún ocupado
Mohamed Hassana Hallab es un ciudadano saharaui refugiado que, junto a una parte del Pueblo Saharaui, sobrevive desde hace más de 35 años en los campamentos de población refugiada en Tinduf (Argelia). Nacido en la ciudad de El Aaiún en 1986, Mohamed Hallab se vio obligado a abandonar el territorio ocupado tras las detenciones y persecución que sufría por parte del gobierno marroquí por su participación en manifestaciones pacíficas.
Al igual que al resto de la población saharaui, el muro levantado por Marruecos impide a Mohamed Hassana Hallab la libre circulación por su territorio y le separa de su familia y de su entorno natural, obligándole a vivir en el exilio y a sobrevivir gracias a la ayuda humanitaria.
En el marco del programa de visitas que lleva a cabo el ACNUR desde el año 2004 y que pone a disposición de los y las saharauis la posibilidad de visitar a sus familiares del otro lado del muro, Mohamed Hassana tenía previsto visitar a sus familiares residentes en los territorios ocupados por Marruecos. Sin embargo, de manera totalmente arbitraria y tras las maniobras orquestadas por Marruecos, se le ha negado la visita a sus familiares en el Sáhara Occidental ocupado.
La negativa se debe, presuntamente, a alegaciones presentadas por el Gobierno marroquí que trata nuevamente de dinamitar las medidas de confianza entre las partes puestas en marcha en el marco del conflicto. Una maniobra cruel y ruin que define a quien la ha orquestado (Marruecos) y a quien, con su silencio cómplice, la ampara y recubre de aparente legalidad (ACNUR), plegándose a la arbitraria decisión del gobierno marroquí.
Ante tal ignominia, Mohammed Hallab se encuentra en huelga de hambre desde el pasado siete de marzo sometido a presiones para que deponga su actitud. De qué tiene que cesar, nos preguntamos, ¿de luchar pacíficamente por sus derechos?, ¿De luchar contra el abandono y el olvido?, ¿De no rendirse?, ¿De no callar ante la injusticia? ¿De no haber aceptado humildemente la arbitrariedad y la complicidad con la potencia ocupante de su tierra? ¿De luchar por su dignidad, por su vida familiar y los derechos elementales de su pueblo?
Al igual que al resto de la población saharaui, el muro levantado por Marruecos impide a Mohamed Hassana Hallab la libre circulación por su territorio y le separa de su familia y de su entorno natural, obligándole a vivir en el exilio y a sobrevivir gracias a la ayuda humanitaria.
En el marco del programa de visitas que lleva a cabo el ACNUR desde el año 2004 y que pone a disposición de los y las saharauis la posibilidad de visitar a sus familiares del otro lado del muro, Mohamed Hassana tenía previsto visitar a sus familiares residentes en los territorios ocupados por Marruecos. Sin embargo, de manera totalmente arbitraria y tras las maniobras orquestadas por Marruecos, se le ha negado la visita a sus familiares en el Sáhara Occidental ocupado.
La negativa se debe, presuntamente, a alegaciones presentadas por el Gobierno marroquí que trata nuevamente de dinamitar las medidas de confianza entre las partes puestas en marcha en el marco del conflicto. Una maniobra cruel y ruin que define a quien la ha orquestado (Marruecos) y a quien, con su silencio cómplice, la ampara y recubre de aparente legalidad (ACNUR), plegándose a la arbitraria decisión del gobierno marroquí.
Ante tal ignominia, Mohammed Hallab se encuentra en huelga de hambre desde el pasado siete de marzo sometido a presiones para que deponga su actitud. De qué tiene que cesar, nos preguntamos, ¿de luchar pacíficamente por sus derechos?, ¿De luchar contra el abandono y el olvido?, ¿De no rendirse?, ¿De no callar ante la injusticia? ¿De no haber aceptado humildemente la arbitrariedad y la complicidad con la potencia ocupante de su tierra? ¿De luchar por su dignidad, por su vida familiar y los derechos elementales de su pueblo?
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